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Bélgica: Un rey con pasaporte falso

Polémica en el país europeo tras desvelarse que el monarca Felipe viaja bajo otro nombre con documentos ilegales.

24horas.cl Tvn

Miércoles 25 de septiembre de 2013

Nadie conoce a Philippe Dermulle. Seguramente usted tampoco.

De hecho Dermulle era desconocido hasta ahora. Pero estos días en Bélgica ese nombre se pronuncia en todas partes. Detrás de él, se esconde uno de los monarcas más importantes de la realeza en Europa.

Philippe Dermulle es el nombre del alter ego del rey Felipe. Se trata del pseudónimo que usa como ciudadano normal, que le permite, por ejemplo, viajar como un rey pero con las ventajas de una persona de a pie.

Esto es posible gracias a un “pasaporte auténtico con nombre falso” que le proporcionan las autoridades belgas, según relató a la televisión flamenca VTL el ex ministro de Asuntos Exteriores, Marc Eyskens.

Eyskens reveló que gente del ministerio muy cercana al rey se encargaba de hacerles llegar documentos falsificados y pasaportes con nombres falsos a la familia real belga, para que pudiesen viajar al exterior con la condición de anonimato en sus actividades privadas.

Claro que esta pequeña indiscreción del ex ministro ha causado polémica en el país. El actual ministro en el cargo, Didier Reynders, tuvo que dar explicaciones públicas desde Nueva York. Reconoció no tener información sobre estos hechos y aseguró que ordenaría abrir una investigación. Pero dejó claro, en toco caso, que esto nunca se habría realizado con ánimo de realizar un “fraude”.

En el caso de que un ciudadano corriente lograra tener dos pasaportes con distintos nombres, el hecho sería punible. No obstante, las autoridades del país ya han descartado que la fiscalía lleve a cabo acciones legales contra la familia real, puesto que no se aprecian indicios de uso fraudulento de los pasaportes.

Para tratar de minimizar esta práctica, el Ministerio de Exteriores belga ha explicado que la falsificación de nombres en los pasaportes es una práctica que se ejecuta desde hace cien años, en tiempos del rey Leopoldo II.

Más allá del uso que se le ha dado a esos pasaportes, y del debate ético, se debate, ¿cómo puede un monarca realizar esta práctica y saltarse la legalidad?, ¿quién le brinda y cómo ayuda desde el Gobierno?