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Benedicto XVI, el Papa que dimitió

Tras la II Guerra Mundial se ordenó sacerdote en 1951, fue arzobispo de Munich y luego cardenal. Fue muy cercano a Juan Pablo II y en 1988 estuvo de visita en Chile.

Elkjaer Lobos

Lunes 11 de febrero de 2013

Nació en Marktl am Inn , en Alemania, el 16 de abril de 1927 y hoy lunes sorprendió al mundo con su dimisión al Pontificado, cargo en el que estaba desde 2005 tras la muerte de su antecesor, Juan Pablo II.

Joseph Aloisius Ratzinger, más conocido como Benedicto XVI, comenzó su recorrido en la Iglesia Católica en el seminario de San Miguel, pero años más tarde este proceso se vio interrumpido cuando fue obligado a entrar a las Juventudes Hitlerianas.

Con 16 años, debió defender a la fábrica BMW, en las afueras de Munich y luego fue derivado a construir sistemas para frenar tanques enemigos.

En los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, Ratzinger dejó las filas de las juventudes y retomó sus estudios.

Así ingresó a la Universidad de Teología y Filosofía de Freising donde estudió la carrera Teología católica y filosofía.

Tras esto, comenzó una carrera como académico y luego, el 29 de junio de 1951, fue ordenado como sacerdote en la catedral de Freising, junto a su hermano, Georg.

El 24 de marzo de 1977, fue nombrado como arzobispo de Múnich y meses más tarde fue consagrado como cardenal por el Papa Pablo VI.

SU ASCENSO Y PASO POR CHILE

Bajo el mandato de Juan Pablo II, el cardenal fue elegido como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

En 1988, y cuando permanecía en ese cargo, arribó a Chile entre el 7 y el 14 de julio, ocasión en la que se reunió con pobladores y comunidades cristianas.

También tuvo un recordado encuentro con los obispos chilenos, en la Casa de Retiros de Caritas, además de citas en la Cancillería y con académicos y estudiantes de la Universidad Católica.

"No vengo solamente a enseñar, sino también para aprender y conocer los problemas que viven las conferencias episcopales", dijo el entonces cardenal.

SU LLEGADA AL PONTIFICADO

Con el decaimiento de la salud de Juan Pablo II, la revista TIME lo nombró como una de las posibles cartas para suceder al entonces Papa.

Y en 2005 la predicción se hizo realidad y el cardenal chileno, Jorge Medina, fue quien anunció la noticia.

"Queridos hermanos y hermanas: después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones. En la alegría del Señor resucitado, confiando en su ayuda continua, sigamos adelante. El Señor nos ayudará y María, su santísima Madre, estará a nuestro lado. ¡Gracias!", fueron sus primeras palabras.