En el marco de la jornada posterior al Día de losDifuntos, mientras presidía una misa en la Basílica de San Pedro del Vaticano,el papa Benedicto XVI calificó a los cementerios como una “especie de asamblea”entre vivos y muertos.
“Las tumbas son casi como un espejo de suexistencia, de su mundo: ellas nos interpelan, nos inducen a reanudar undiálogo que la muerte ha puesto en crisis. Así, los lugares de sepulturasuponen una especie de asamblea, en la que los vivos se encuentran con suspropios difuntos y con ellos refuerzan los vínculos de una comunión que la muerteno ha podido interrumpir", expresó.
En la ceremonia donde se recordó a loscardenales y obispos que fallecieron este 2012, el pontífice señaló que “lavisita a los cementerios nos ha permitido renovar el vínculo con las personasqueridas que nos han dejado. La muerte paradójicamente conserva lo que la vidano puede retener. Cómo nuestros difuntos han vivido; qué han amado, temido yesperado, qué han rechazado, lo descubrimos, de modo singular, justamente porsus tumbas”.
Benedicto XVI además destacó la historia ylos “vínculos profundos con la cristiandad antigua” que se puede apreciar enlos cementerios.
"Cuando nos internamos en los pasillos de las catacumbas romanas -comotambién en los de los cementerios de nuestras ciudades y de nuestros pueblos-es como si atravesáramos una barrera material y entráramos en comunicación conquienes allí custodian su pasado, hecho de alegrías y de dolores, de derrotas yesperanzas", aseveró.