Una mujer británica de 60 años inició una batalla legal en su país con el objetivo de tener descendencia familiar, luego que su única hija falleciera hace cinco años producto de un cáncer.
El caso se discute actualmente en el Tribunal de Apelación de Londres, pero ya tuvo recorrido por la Autoridad de Fertilización y Embriología Humana (HFEA en inglés) y la Judicatura.
El deseo de la mujer, quien ha querido mantener el anonimato, es llevar los óvulos congelados de su hija a una clínica de fertilización de Nueva York (Estados Unidos) para ser fecundados allí con esperma de donante y ella pueda dar a luz a su propio nieto o nieta biológico.
De acuerdo a lo que han declarado los abogados de la mujer, la fallecida hija permitió la congelación de los óvulos ya que también tenía deseos enormes de ser madre.
Por contraparte, el regulador de uso de fertilización y embriología humana de Reino Unido argumenta que, a pesar de que la fallecida consintió que se congelasen sus óvulos, no autorizó el uso de ellos a su madre ni a nadie.
El Alto Tribunal de Londres sostiene lo mismo, en donde el caso se arrastra desde 2014. Esto ya que la fallecida no llenó ni firmó los papeles que autorizan el uso de los óvulos aunque sí permitió, por escrito, la congelación de los mismos.
La abogada de la madre llevó el caso argumentando que si los óvulos no son utilizados se deteriorarán hasta perecer puesto que ya llevan cinco años congelados. A su parecer, el consentimiento de la difunta a congelar sus óvulos demuestra que la única finalidad de su decisión era la de utilizarlos para tener un hijo.
Una luz de esperanza se encendió a favor de la mujer durante los últimos días, luego que el Tribunal de Apelación admitiera que el caso sobre el que decidirán un tribunal de tres jueces "presenta argumentos y posibilidades de prosperar de forma favorable a la solicitante".