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Chilenos en Chipre: "el clima es de inseguridad y de espera"

Compatriotas residentes en la pequeña isla europea nos relatan cómo se vive la crisis que azota el país.

Oscar García

Miércoles 27 de marzo de 2013

Tras permanecer cerrados por casi dos semanas, los bancos reabrirán en Chipre este jueves. Pero los retiros estarán limitados por unas semanas, para evitar la fuga de capital y el colapso del sistema, tal y como anunció el ministro de Finanzas del país. El Gobierno todavía debe detallar las restricciones a movimientos, mientras aumentan los temores a una gran fuga de fondos.

La comunidad chilena en esta pequeña isla, que apenas supera el millón de habitantes, es escasa, pero también sufre de las inclemencias de la nueva situación económica del pueblo chipriota.

Ricardo López Tello es un santiaguino que lleva 33 años residiendo en Chipre. Abandonó Chile hace 33 años, con rumbo a Alemania, donde conoció a su actual esposa, chipriota, con la que se estableció en Nicosia, capital del país. Ricardo, de 65 años, ya jubilado, comparte ahora la inquietud y la expectación que se vive en el país. A pesar de que el Gobierno ha asegurado los depósitos menores de 100.000 euros, la población se enfrenta a la incertidumbre y a momentos cruciales en su futuro en las próximas semanas.

“Temo perder mis ahorros. A ese miedo nos enfrentamos”, asegura en conversación telefónica con 24horas.cl.

El “corralito”, que ya dura dos semanas, sacó a los chipriotas a las calles, en busca de liquidez, con rumbo a los cajeros automáticos. A pesar de que el cash escasea, la vida continúa.

“En algunas partes es posible pagar con tarjeta de crédito. Pero la demanda de dinero es exagerada”, comenta. “Se ha convertido en toda una aventura acercarse a un cajero. Puedes esperar más de una hora y quedarte sin poder retirar. Además el funcionamiento es muy lento por el recargo del sistema”.

Se ha convertido en toda una aventura acercarse a un cajero."

Pese a la crisis, Ricardo asegura que ahora mismo la situación está controlada y no existe sensación de inseguridad en la calle.

“La gente ha reaccionado con mucha madurez. Hay un clima de espera, para ver qué va a pasar, pero de serenidad. Lo que sí ha surgido es una petición, un reclamo muy fuerte de la ciudadanía de que los responsables sean juzgados.”

 

Luis Mena, oriundo de Valparaíso, reside en Nicosia junto a su familia desde hace seis años. Este maestro, de 63 años, no teme tanto por sus ahorros como por su futura jubilación. “Seguramente se reduzca ostensiblemente, hasta un 50%, lo que recibiremos”.

Luis asegura que los chipriotas se sienten abandonados y traicionados por Europa. “Anímicamente la situación no es buena. Supone un cambio tremendo en su vida. La población ahora empieza a vivir el día a día con incertidumbre. La gente culpabiliza a Merkel y a la troika de la gestión. Creen que el objetivo es destruir completamente la economía chipriota. Se sienten muy ofendidos por la Unión Europea”.

Los chipriotas se sienten muy ofendidos por la troika, por la Unión Europea. Culpabilizan a Merkel."

Luis asegura que no se han registrado, por el momento, problemas de seguridad en la ciudad. “Si fuera Chile o Argentina, la gente estaría revolucionada. Aquí están impactados, pero tranquilos”.

Aunque con la apertura de los bancos este jueves puede cambiar el panorama. “No sé qué va a suceder en los próximos días. Va a haber gente desesperada, eso seguro. No está claro aún cuánto se podrá retirar cuando abran los bancos. Puede haber problemas”, asegura. “De hecho no está claro que reabran los bancos este jueves. El lunes es feriado. Quizá sigan retrasando la apertura”.

Por el momento, Chipre no ha notado en exceso el cierre de los bancos. La gente reserva la plata en efectivo, y ahorra bencina para más adelante. Los inconvenientes los sufren las empresas. Al estar paralizadas las transacciones bancarias, no pueden pagar a los proveedores. Y se acerca final de mes, como apunta Luis. “Estamos a final de mes. Hay que pagar los sueldos, y la gente el agua y la electricidad”.

¿Solución, regresar a Chile?

“Esta crisis permite también pensar en un nuevo comienzo, donde los políticos sean de verdad representantes de la voluntad del pueblo”, asegura Ricardo, quien no se plantea regresar a un país que abandonó hace tanto tiempo. Su mujer y sus dos hijos trabajan en Nicosia.

Ya tenemos raíces, no pensamos en volver. Tampoco en buscar otro destino. Europa no ofrece posibilidad de trabajo o confianza para cambiar”, asegura Luis.  

El desenlace de esta crisis aún está lejos de una solución que permita a los chipriotas, y a los chilenos residentes en la isla, vivir sin la desconfianza de un futuro incierto.