Una sorpresa mayúscula se llevó una campesina china tras descubrir que dentro de una caja de cartón abandonada en una zona rural de la región de Guangxi, había un bebé recién nacido llorando desesperadamente.
Tras ser examinado, los médicos entendieron que estaban frente a un verdadero milagro: el pequeño sobrevivió ocho días enterrado, luego que sus padres lo sepultaran pensando que estaba muerto.
El menor pudo sobrevivir pues la caja donde estaba contaba con filtraciones de agua y aire.
Pese a la versión de sus progenitores, igualmente fueron detenidos junto a otros tres integrantes de la familia por intento de asesinato, informó la televisión pública CCTV.
Los abandonos de bebés son habituales en China, donde se aplica a veces de forma brutal la política del hijo único.