Tras quedar detenido en 2008 por el supuesto crimen de un funcionario policial, el ciudadano chino Liu Renwang pasó cinco años encarcelado. Durante ese tiempo, el hombre fue sometido a diversas torturas para que se declarara culpable del hecho, las cuales ahora salieron a la luz gracias a que las dibujó.
La muerte del efectivo ocurrió en la provincia de Shanxi. Tras ser obligado a reconocer un acto que no cometió, el hombre fue condenado a muerte en 2010, una sentencia que luego fue revocada.
Dos años más tarde, Liu apeló el veredicto, y en un tercer juicio celebrado en diciembre de 2013 fue puesto en libertad tras demostrarse que no había suficientes pruebas contra él. El crimen permanece sin resolver.
Este conductor de camiones de 53 años solicitó ahora una indemnización de seis millones de yuanes (aproximadamente 900 mil euros) en compensación por los daños sufridos. Su reclamo fue acogido y publicado, al igual que los retratos, en el diario The Paper de Shangai.
"Todavía tengo miedo cuando recuerdo el tiempo que pasé en prisión", declaró a esa publicación. "Mi vida era peor que estar muerto, no podía dejar de pensar en suicidarme".
Con los dibujos que ahora presenta como prueba, Lin aseguró que "quiero que la gente sepa más sobre cómo la policía obtiene las confesiones con torturas".