No conoce la libertad desde hace más de cuarenta años.
Un habitante de la ciudad china de Zhengzhou, de 48 años, permanece enjaulado desde los seis años de vida, luego que su madre considerara que se hacía daño a sí mismo.
La increíble historia, publicada por el periódico británico Mirror¸ relata la situación que vive Peng Weiqing, quien sufre ataques epilépticos que, según su madre, ponen en riesgo su vida.
Debido a que la familia no puede costear un tratamiento médico, Peng debe pasar sus días encerrado tras las rejas, que han ido cambiando de tamaño conforme el paso de los años.
"Cuando era joven, muy seguido, se cortaba con cuchillos y trozos de vidrio. Incluso, mientras caminaba, él de repente caía y se golpeaba el rostro", explica su madre para justificar la decisión de privar de libertad a su hijo.
La principal preocupación de la madre de Peng, quien tiene 80 años, es encontrar a una persona que se haga cargo de su hijo una vez que ella muera.
Hasta esa fecha, entonces, Peng Weiqing permanecerá enjaulado en la prisión que se transformó en el único hogar que conoce.