El gobierno colombiano concretó este miércoles la molestia que tenía con el Tribunal Internacional de La Haya.
El presidente Juan Manuel Santos anunció que dejarán de ser parte del Pacto de Bogotá, tratado que reconocía la jurisdicción a la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
En declaraciones publicadas en el diario El Tiempo, el mandatario señaló que la decisión "forma parte de medidas que hemos venido estudiando. Con esta denuncia, Colombia no pretende separarse de los mecanismos de solución pacífica de controversias", afirmó.
Agregó, además, que la medida no pretende expresar una actitud bélica, sino que por el contrario "reitera su compromiso de recurrir siempre a procedimientos pacíficos".
La canciller colombiana, María Ángela Holguín, explicó que la decisión tiene como objetivo evitar futuras demandas similares contra Colombia. En una reciente visita al Congreso, Holguín, señaló que "la posibilidad de que Nicaragua se venga en una demanda posterior buscando la plataforma continental extendida es muy grande, y ante eso definitivamente tenemos que actuar".
La medida se tomó después que ese tribunal decidiera ceder a Nicaragua una extensa y rica zona marítima en el Caribe.
Apenas se conoció el fallo, Santos dijo que su gobierno no aceptaba el dictamen de la Corte y que analizarían retirarse. Nueve días después, el mandatario concretó su amenaza y decidió poner fin al tratado al que estaba suscrito el país desde 1948.
Esta medida sin embargo, no es válida para que Colombia pueda evadir el fallo del principal órgano judicial de Naciones Unidas, que es de carácter obligatorio y de inmediato cumplimiento.
Unas de las opciones que se barajan, por ahora, es negociar con Nicaragua de manera privada.
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