Ad portas del inicio de un nuevo cónclave, la pregunta de cuál será el nombre que escogerá el nuevo mandamás de la iglesia es toda una interrogante.
Si el candidato electo da el consentimiento, se le pregunta entonces: "¿Quo nomine vis vocari?" ("¿Con qué nombre deseas ser conocido?"). El número romano que acompaña el nombre indica el número de veces que el nombre escogido ha sido utilizado. Desde San Pedro, nadie ha elegido ese nombre por respeto al Apóstol de Jesús.
El Papa indica el nombre que ha escogido con las siguientes palabras: "Vocabor N." ("Me llamaré N"), por ejemplo: "Vocabor León XIV" ("Me lllamaré león XIV"), u otras similares.
Una casa de apuestas británica llamada Paddy Power abrió un juego para definir el nombre que seleccionará el próximo Papa. Cuando Ratzinger fue elegido Papa tras la muerte de Juan Pablo II, varios apostadores acertaron con la selección.
En esta oportunidad, los apostadores que eligen Pedro están empatados, es decir, recuperan la apuesta. Pío aparece como segundo nombre y paga 9 por cada 2, mientras que el tercero es Juan Pablo, que paga 5 a 1.