Una compleja crisis política es la que enfrenta el Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil. A los discretos resultados en las elecciones municipales, ahora se suma la condena que recibieron tres de sus integrantes, uno de ello ex ministro de Lula da Silva, quienes fueron encontrados culpables de corrupción por el Tribunal Supremo de ese país.
José Dirceu, ex mano derecha del mandatario, José Genuino y Delubio Soares, presidente y tesorero del PT respectivamente, fueron encontrados culpables de haber sobornado con dinero público a cuatro partidos políticos, con el objetivo de apoyar al Gobierno de Lula durante el año 2003.
"Los legisladores fueron comprados para formar la base del nuevo gobierno. Sus votos se cambiaron por pagos como mercancía", dijo el juez de la corte Joaquim Barbosa, quien fue el encargado de liderar el llamado juicio del "mensalao" (mensualidad en español).
En su blog, Dirceu criticó la condena diciendo: "Luché por la democracia e hice de ella mi razón de vivir. Voy a acatar la decisión, pero no me callaré. Continuaré luchando hasta probar mi inocencia. No abandonaré la lucha. No me dejaré vencer".
En un hecho histórico para la Corte Suprema brasileña, que nunca había condenado a un político, los representantes del PT también serán procesados por "formación de cuadrilla", un símil a la formación de una organización criminal.
Una de las curiosidades del juicio es que ocho de los once magistrados que llevaron el caso fueron designados por Lula y la actual presidenta, Dilma Rousseff, quien le dio orden a sus ministros de no comentar la decisión del tribunal.
El golpe político que sufrió el ex presidente y su partido fue catalogado como el "juicio del siglo", pues, entre otras repercusiones, provocó que Dirceu, el hombre más poderoso del gabinete de Lula, fuera obligado a renunciar cuando surgió el escándalo en 2005 y se le prohibió la actividad política.