Uno de los dos conductores que manejaban el tren de alta velocidad de Renfe, accidentado en Santiago de Compostela, Galicia, hablaba por teléfono desesperadamente tras el trágico hecho que ha cobrado la vida de más de 70 personas y dejado una cincuentena de heridos.
Según testigos, el profesional no paraba de repetir "descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer", señala el medio local La Voz de Galicia.
Los dos maquinistas resultaron ilesos tras el siniestro y después del descarrilamiento colaboraron en las tareas de rescate y ayuda a los heridos.
Tras las versiones iniciales que apuntaban un posible atentando, el ministro del Interior del gobierno español se encargó de precisar que las causas del fatal hecho se debieron a un "accidente".
Ya en primera instancia el delegado gubernamental de Galicia, Samuel Juárez, aseguró que "no hay ningún otro indicio" de que haya "causas externas que hagan temer" otra cosa aparte del accidente.
Según fuentes consultadas por el diario español ABC, el tren iba a más del doble de la velocidad permitida en esa ruta (80 kilómetros por hora), siendo un fallo humano la causa del suceso.
Según informa la Policía en su cuenta de Twitter, los centros de donación de sangre de Santiago están saturados, pero se puede acudir a donar a los complejos hospitalarios de La Coruña y Vigo.
El presidente español, Mariano Rajoy, utlilizó las redes sociales para entregar su pesar por el hecho. "Quiero expresar mi afecto y mi solidaridad con las víctimas del terrible accidente de tren en Santiago", dijo a través de Twitter. Viajará mañana a primera hora a Santiago de Compostela para conocer sobre el terreno las consecuencias del accidente.
Por su parte, el Rey Juan Carlos ha hablado por teléfono con el presidente del Ayuntamient, Alberto Núñez Feijóo, y con la ministra de Fomento, Ana Pastor, para que le informaran sobre las circunstancias del siniestro.
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