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Conmoción en Brasil por imagen de joven encadenado a un poste

Denuncian aumento de inseguridad ciudadana y de grupos violentos de civiles "justicieros" en Río de Janeiro.

24horas.cl Tvn

Viernes 7 de febrero de 2014

Los índices de criminalidad han aumentado en los últimos meses en Río de Janeiro y con ello una sensación generalizada de creciente inseguridad. Es por ello que, según denuncian varios medios, en la ciudad han comenzado a proliferar grupos de civiles justicieros, que aplican la ley y el orden a su antojo.

La Policía Militar de Río detuvo el pasado lunes a un grupo de 14 individuos, de edades comprendidas entre 15 y 22 años, que se autodenominan "Justicieros del Flamengo" y que serían vecinos de varios barrios de clase media, acusados de intentar agredir dos jóvenes de una favela próxima.

Pero esos mismos grupos de justicieros, denuncian algunos vecinos, tendrían también la misión de limpiar la región de gays y de negros. Esa es la razón que parece estar detrás de la agresión de un joven, que fue hallado encadenado a un poste por el cuello, en un caso que ha conmocionado al país en un año en el que es el centro de la atención de todo el planeta por la celebración del Mundial de Fútbol y, dos años después, de los Juegos Olímpicos.

La terrible imagen se dio a conocer a través de Facebook, devolviendo al recuerdo las peores imágenes de la esclavitud en el país latinoamericano.

El joven de 15 años fue atrapado por una de estas bandas de justicieros. Supuestamente, había sustraído un celular durante una fiesta. Además, ya había sido detenido en dos ocasiones por robo y agresión.

El menor fue golpeado, le cortaron la oreja con un machete y lo abandonaron en la avenida Rui Barbosa, sangrando y encadenado a un poste con un candado de bicicleta alrededor del cuello.

 

Así lo encontró una mujer, que lo ayudó a liberarse y encendió la polémica tras denunciar la terrible situación en redes sociales. No tardó en recibir críticas e insultos por ayudar a un bandido.

La sociedad está dividida, entre quienes encuentran que esta actitud es "comprensible" debido a la ola de violencia que se vive en Brasil y que sirve como defensa frente a la omisión del Estado. Mientras, otros denuncian la excesiva violencia, la falta de impunidad los peligros que conlleva el "ojo por ojo".