Tras la polémica expulsión de uno de sus políticos más prominentes, luego que se le acusara de formar una red de corrupción que incluía a su esposa acusada de asesinato, el Partido Comunista Chino (PCCh), comenzó su tradicional congreso, que tiene como objetivo renovar el liderazgo del país.
En medio de la polémica, el presidente Hu Jintao inauguró la actividad y reconoció que existe una amenaza al interior del partido que podría provocar la caída del Estado. "Si no somos capaces de manejar este tema bien, podría resultar fatal para el partido, e incluso causar el colapso del partido y la caída del Estado. Debemos, pues, hacer esfuerzos incansables para combatir la corrupción", indicó el mandatario.
Agregó, además que "la lucha contra la corrupción y la promoción de la integridad política, que son un importante tema político de gran preocupación para el pueblo, representan un compromiso político claro y de largo plazo del partido".
Tras la expulsión de Bo Xilai, luego de ser acusado de abusar de su cargo, recibir enormes sobornos y de otros delitos, el PCCh ha enfrentado una crisis que ha repercutido en el cambio de presidentes, que se realiza cada diez años.
En ese sentido, Hu Jintao señaló que "los funcionarios líderes, especialmente los de alto rango, deben (...) ejercer una estricta autodisciplina y fortalecer la educación y la supervisión sobre la familia y su personal; y nunca deben buscar algún privilegio".
El mandatario, señaló, además que "actualmente, mientras las condiciones globales, nacionales y de nuestro partido siguen sufriendo profundos cambios, enfrentamos oportunidades sin precedentes para el desarrollo así como riesgos y desafíos desconocidos previamente".
Durante el congreso, Hu Jintao cederá el rol de jefe del partido a su sucesor, el vicepresidente Xi Jinping. Xi luego asumirá las tareas del estado en la reunión anual del Parlamento en marzo.
MEDIDAS DE SEGURIDAD
El Gobierno ha incrementado la seguridad de cara al Congreso, llegando a prohibir el vuelo de palomas, y ha encerrado u obligado a abandonar Beijing a decenas de disidentes que, se teme, arruinen el cónclave.
"Me han cortado el internet, no puedo recibir llamados telefónicos y tres personas me siguieron cuando salí de la casa para pasear a mi perro", dijo Xinna, esposa de unos de los prisioneros políticos detenidos por más tiempo, el activista en favor de los derechos de los mongoles Hada.
"Todo lo que quiero de este congreso es que mi marido sea liberado y que nuestras vidas vuelvan a la normalidad", declaró desde su casa en la fría ciudad de Hohhot, al norte de China.
Un grupo de defensa de los derechos de los tibetanos reportó que tres monjes tibetanos adolescentes en la sureña provincia de Sichuan se quemaron a lo bonzo el miércoles en protesta contra el gobierno chino, elevando a 70 la cantidad de tibetanos que se han inmolado en 18 meses.
Fuente: 24Horas.cl con información de Agencia Reuters