La muerte de Angelo Di Carlo, un hombre que en un acto de protesta se quemó a lo bonzo frente al Parlamento, volvió a encender las alarmas en Italia. La tasa de suicidios en el país ha crecido al mismo paso que aumenta la deuda que mantiene a la nación dirigida por Mario Monti sumida en una profunda crisis económica.
Según un estudio realizado por por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (Eures), desde el comienzo de la crisis en 2009 la tasa de suicidio ha aumentado en un 40% con respecto al año anterior. Los trágicos números se suman a los actos realizados por personas como Di Carlo, quienes no ven una solución a su miseria.
Según un artículo publicado por el diario español El Mundo, solo en 20011 unas 11.600 empresas cerraron sus puerta por culpa de la crisis y con ellas miles de personas quedaron desempleadas. Esta situación provocó un fenómeno que ahora mantiene a los italianos debatiéndose entre la vida y la muerte.
Angelo Di Carlo realizó su último acto de protesta a los 54 años frente al Parlamento italiano. Se prendió fuego y decidió exponer la crítica situación que se vive en ese país. En la mochila que llevaba se encontraron dos cartas: una para su abogado y otra para su hijo en la que le donaba los 160 euros ($95 mil pesos) que llevaba consigo se día.
La muerte de Di Carlo es la última de una ola de suicidios altamente mediáticos vinculados a problemas financieros en los últimos meses, los cuales resaltan el costo humano de la crisis económica que vive el país.