Cristina Fernández viajó a Bolivia para sumarse a la reunión de urgencia de la Unasur, tras el polémico impasse sufrido por el presidente boliviano, Evo Morales, luego de ser retenido durante más de 13 horas en Viena, por la sospecha de que llevaba a bordo al topo de la CIA, Edward Snowden.
"Venimos a solidarizarnos con Evo Morales y el pueblo boliviano", expresó la Presidenta al aterrizar en el aeropuerto Jorge Wilsterman, de Cochabamba. Y agregó: "Lo convirtieron durante más de 13 horas en un virtual rehén y violaron todas las normas internacionales".
"No me queda más que expresar toda nuestra solidaridad, acompañamiento y pedirle, solicitarle muy serena pero muy seriamente a quienes han violado el derecho, que subsanen esto y se hagan cargo de los errores cometidos. Es lo menos que puedo pedir, que alguna vez en su vida que pidan perdón por lo que han hecho", aseguró durante la cumbre.
Además de la mandataria argentina, participaron de la cumbre los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; de Ecuador, Rafael Correa; de Uruguay, José Mujica; y de Surinam, Desi Bouterse.
Para Cristina, la detención del avión presidencial boliviano con el mandatario abordo "es un hecho inédito, sumamente peligroso de quienes presumen ser países con un altísimo grado de civilización y desarrollo cultural y cometen actos ilícitos de esta naturaleza contra jefes de Estado".
La Presidenta concluyó que su presencia en Cochabamba es "en una clara defensa del derecho internacional, de Bolivia, y de los derechos humanos" Y concluyó: "Argentina puede dar un claro respeto a ese derecho internacional en todos los ámbitos y todos los tiempos durante el desarrollo de nuestra democracia".