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De niño a empleado en fábrica de armas

Pequeño sirio debe combinar sus deseos de jugar con ser un empleado más en la fábrica que provee de armamento a la oposición.

Mariángel Calderón

Martes 10 de septiembre de 2013

Mientras las principales potencias del mundo discuten una posible intervención militar en Siria, al interior del país árabe la vida continúa y el conflicto sigue azotando a sus habitantes.

Uno de ellos es el pequeño Issa, un niño de once años que cambió los juguetes por las armas.

Issa vive en Alepo, una de las ciudades más golpeadas por los enfrentamientos entre el ejército leal al régimen de Bashar al Asad y las fuerzas de oposición.

Allí, en vez de jugar con sus amigos, el pequeño pasa sus días trabajando en una fábrica de armas durante diez horas al día. Su educación fue reemplaza por labores como cargar municiones y limpiar lanza misiles.

Issa trabaja para el ejército de liberación sirio y es uno de los miles de niños que han visto cómo su infancia se transforma gracias a una guerra civil que ya ha cobrado la vida de más de cien mil personas.