Como un verdadero "desastre natural" fue catalogada la emergencia que vive la región de Nueva Gales en Australia, debido a una masiva aparición de murciélagos.
La llegada de los animales, en un principio, no causó gran molestia en los habitantes. Sin embargo, el paso del tiempo y la llegada de una colonia mayor, comenzó a generar graves consecuencias para la ciudadanía local.
Cortes de luz y grandes índices de suciedad marcan el arribo de los murciélagos, los cuales no pueden ser erradicados ni sacrificados porque son especies protegidas.
Según indicaron autoridades australianas, en el último tiempo se triplicó la presencia de murciélagos en el terreno.