Es el recuerdo de uno de los periodos más oscuros de Alemania y además es el símbolo de la reconstrucción social de ese país. Por eso, debe permanecer en pie.
Eso fue lo que pensaron miles de alemanes que salieron la semana pasada a las calles a protestar para detener la demolición de los restos del Muro de Berlín, luego que una constructora anunciara la edificación de un moderno centro habitacional en el lugar.
Sin embargo, tal como ocurrió hace más de dos décadas, el pueblo alemán volvió a ser escuchado y la constructora detuvo la destrucción del polémico monumento.
Tras la multitudinaria protesta realizada a fines del mes de febrero, los 1,3 kilómetros de muro, conocidos como "East Side Gallery", lograron salvarse de la demolición. Según informó la constructora, se negociará con la ciudad para buscar vías alternativas.
El proyecto inmobiliario, que incluía construir sobre uno de los últimos vestigios de la Guerra Fría, sigue en pie, por lo que aún es probable que el Muro sea derrumbado por segunda vez en su historia.