El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, exhortó nuevamente al Congreso a prohibir los rifles de asalto después de que un hombre abrió fuego en un centro comercial en el estado de Texas, matando a ocho personas, incluidos niños.
Este nuevo tiroteo provocó el pánico en el Allen Premium Outlets, un complejo comercial en la ciudad de Allen, a unos 40 kilómetros al norte de Dallas, que estaba repleto de gente haciendo compras.
La policía dijo que un agente estaba en el lugar por otro caso cuando se escucharon disparos alrededor de las 15:30 (20:30 GMT). El efectivo "se enfrentó al sospechoso y lo neutralizó", señaló el jefe de la Policía de Allen, Brian Harvey.
Imágenes de video que circulan en internet muestran a un hombre saliendo de un automóvil en el estacionamiento del centro comercial y abriendo fuego contra las personas que caminaban cerca.
El atacante vestía equipo paramilitar y portaba un rifle de asalto estilo AR-15 y cargadores adicionales. Algunos medios estadounidenses identificaron al sospechoso como Mauricio García, de 33 años.
Se trata de la segunda masacre más mortífera del año en Estados Unidos, después del tiroteo de Monterey Park en California que dejó once muertos en enero.
El presidente Joe Biden, partidario de leyes de porte de armas más estrictas, denunció este domingo los "actos de violencia sin sentido" en Texas y volvió a urgir al Congreso a tomar medidas.
"Una vez más, le pido al Congreso que me envíe un proyecto de ley que prohíba las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad. Que promulgue verificaciones universales de antecedentes. Que exija almacenamiento seguro (de las armas). Que ponga fin a la inmunidad para los fabricantes de armas", enfatizó en un comunicado.
"Lo promulgaré de inmediato", aseguró. Pero es poco probable que su exhortación tenga éxito porque los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes (baja), se oponen ferozmente a esas medidas.