"Con confianza, con firmeza. Con seguridad. Jamás he conducido a mis hijos al delito. Jamás me favorecería del delito de alguno de ellos. Mi vida politica está en función de la justicia social y la Paz de Colombia”, expresó el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, este 4 de agosto en Twitter, ante las declaraciones de su hijo, Nicolás Petro, de que habría entrado "dinero ilícito” a la campaña presidencial de 2022, aparte de haberse enriquecido (Petro hijo) con los mismos dineros.
Con confianza, con firmeza. Con seguridad. Jamás he conducido a mis hijos al delito. Jamás me favorecería del delito de alguno de ellos. Mi vida politica está en función de la justicia social y la Paz de Colombia pic.twitter.com/lsncaMVM3J
Declaraciones - aún por verificarse - , pero que ya han causado inmensa conmoción dentro y fuera del país. En la historia de Colombia nunca un hijo de un presidente había sido detenido y llevado en esposas, y junto con su ex esposa, a la Fiscalía. En las primeras audiencias Petro hijo afirmó querer "colaborar con la Justicia”. Eso quiere decir, en Colombia, delatar a quienes habrían participado o sabían de la comición del posible delito y entregar evidencias de ello.
Tres problemas que se profundizan
Esta nueva situación "agrava tres problemas ya existentes", dice a DW el politólogo y senador del partido Alianza Verde Ariel Ávila. "El primero es que el Gobierno de Petro carece de una coalición mayoritaria. Ni los partidos tradicionales quieren dejar reformar nada ni el presidente ayuda con sus formas. Luego, no hay como pasar una sola reforma más en el Congreso de la República", explica.
El segundo problema, a su juicio, es que "todo indica que el partido del Presidente (Colombia Humana) va a sufrir un gran fracaso en las elecciones regionales (29 de octubre)". Y el tercer problema es "la fuerte polarización de la sociedad, ahora exarcebada por el nuevo escándalo”, agrega Ávila, para quien "esto es un cóctel muy peligroso”.
Un "cóctel” que puede llevar prácticamente a paralizar la gestión administrativa. "La etapa probatoria de las actuales acusaciones puede durar meses o años”, advierte a DW, por su parte, el sociólogo Eduardo Pizarro, profesor emérito de la Universidad Nacional de Colombia, quien explica que "uno de los problemas más graves que existen en todos los sistemas democráticos donde hay financiamiento privado es que los topes (del gasto en campañas electorales) se desbordan sistemáticamente”. En el caso de Colombia, el Consejo Nacional Electoral tendrá que determinar si efectivamente los montos se sobrepasaron.
Costa Atlántica, origen de tornados de la corrupción en Colombia
La región de origen de los dineros ilegales es conocida: la Costa Atlántica. Allí, en el departamento del Atlántico, Nicolás Petro ocupaba desde 2020 una curul en la Asamblea Departamental. La idea era disputarle la supremacía del poder al llamado "Clan Char”, contra el que hay innumerables acusaciones de corrupción.
Ariel Ávila, autor del libro "Herederos del mal: clanes, mafias y mermelada”, describe a DW que los llamados clanes "son políticos o casas políticas donde hay hijos, esposas, familiares que han gobernado un departamento, una región, una ciudad, un pueblo por años y años. En donde han establecido un sistema corrupto y clientelista. Y hay quienes dicen que es imposible ganar una elección presidencial sin el apoyo, así sea parcial de dichos clanes políticos”.
"Herederos del mal” muestra la dificultad de desenmascarar a los políticos aliados con estos grupos criminales, que una y otra vez ganan elecciones gracias a la entrega de dádivas, compra de votos y capitales heredados de parapolíticos y el narcotráfico.
¿Renunciará o no renunciará?
Por último, a pesar de que algunos ciudadanos ya le piden a Petro su renuncia, a Pizarro, autor del libro "El Fenómeno de las Micro-empresas Electorales”, le causa sorpresa lo "cauta” que ha reaccionado la oposición” en Colombia, mientras considera "desafiantes” las palabras de Petro, que este 3 de agosto en la ciudad de Sincelejo dijo que él había sido elegido por el pueblo hasta el 7 de agosto de 2026 y que iba a permanecer en el poder hasta esa fecha.
Por su parte, el senador verde Ariel Ávila concluye que en Colombia "nadie va a renunciar” y agrega que "este es un sistema presidencialista muy fuerte”. Ávila recuerda que "tampoco renunciaron ni Álvaro Uribe, habiendo gobernado con los parapolíticos, ni Ernesto Samper, acusado en el proceso 8000 por dineros del narcotráfico en su campaña, y pues mucho menos Petro”.
La palabra, de nuevo, la tienen las instituciones del Estado de derecho, que en Colombia han resistido los ataques de guerrillas, paramilitares, narcotraficantes y políticos y empresarios asociados con todos los anteriores. Hoy "lo único seguro”, concluye Ariel Ávila "es que este escándalo será un eterno lastre para el presidente Gustavo Petro”.