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Suicidio y eutanasia

Médico israelí terminó con la vida de su hija, que sufría de un cáncer terminal.

Mariángel Calderón

Jueves 6 de diciembre de 2012

Sufrió durante cuatro años, no pudo soportarlo y su padre le quitó la vida.

La trágica historia de la familia de la joven israelí Keren Shtalrid ha dado la vuelta al mundo, no sólo por su triste desenlace, si no que también, porque expuso nuevamente el polémico tema de la eutanasia.

Luego de sufrir numerosas operaciones y de enfrentar durante cuatro años un cáncer terminal, la joven de 33 años le pidió a su padre, el prestigioso doctor Mordejai Shtalrid, que acabara con su vida.

Tras pedirle que le practicara la eutanasia, el hombre de 66 años accedió y le inyectó un líquido letal. Luego, no soportó la culpa y se colgó. La esposa declaró no haber tenido conocimiento del plan y se encontró con el cuerpo de su hija y su marido en la habitación.

"No puedo más. Estoy harta de la vida debido a mi tremenda enfermedad. Ya no me quedan fuerzas para luchar contra este sufrimiento. Merezco una vida mejor y más agradable y por eso he perdido la voluntad y el sentido de vivir aunque tenga todo su apoyo y amor", escribió en su carta de despedida, según publica el diario El Mundo.

"No estoy preparada para esta vida de sufrimiento. No quiero que lo lamenten demasiado y sólo les pido que hagan cosas interesantes. Me voy sin tristeza. Gracias por todo", agrega el texto póstumo.

El doctor, por su parte, dejó una carta en la escribía que "Keren había pedido constantemente morir. No podía más viéndola sufrir tanto". 

Según la legislación israelí, un paciente terminal puede decidir poner fin a su tratamiento. La decisión es personal y la familia no puede tomarla. Desde la aprobación de la norma en el año 2005 más de 4.000 casos se han presentado y sólo la mitad ha sido aprobada por la justicia.

Quien practique la eutanasia en Israel enfrenta cargos criminales, por lo que los investigadores creen que el doctor tomó la decisión de quitarse la vida para no ser juzgado por la justicia.

Foto: El Mundo