El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, decretó este lunes un Estado de Excepción por 60 días, el primero desde que inició su mandato el pasado 23 de noviembre, tras una serie de motines en al menos seis cárceles del país, que implicó la retención de guardias penitenciarios y la quema de colchones.
El Estado de Excepción permitirá la actuación de las Fuerzas Armadas, en apoyo a la policía, para el control de los centros carcelarios, como ya lo han hecho en anteriores ocasiones.
Igualmente, incluyó un toque de queda entre las 23:00 y 05:00 horas en todo el país.
"Acabo de firmar el decreto de estado de excepción para que las Fuerzas Armadas tengan todo el respaldo político y legal en su accionar", aseguró Noboa en un mensaje a través de Instagram.
Asimismo, dijo que ha dado instrucciones precisas a los mandos militares y policiales para que intervengan en el control de las cárceles, sistema que en esta jornada enfrentó una retahíla de motines.
"Lo que vivimos (este lunes en las cárceles) es una muestra de que las cosas deben cambiar en el país y que las leyes que tenemos no son suficientes para vivir en paz", remarcó Noboa que ha propuesto ir a una consulta popular sobre temas relacionados, sobre todo, con seguridad y la vuelta de los juegos de azar.
El mandatario culpó a las bandas del narcotráfico, el sicariato (asesinatos por encargo) y el crimen organizado de estar detrás de la crisis carcelaria que se han instalado en el país desde hace algunos años.
Y aunque no nombró a alguno en específico, dijo que algunos gobiernos anteriores recibían de estas bandas dictados de qué hacer, por lo que la situación de motines registrada este lunes es el resultado de la acción decidida de su Gobierno para recuperar el control de las prisiones.
"Nosotros no vamos a negociar con terroristas" y el Gobierno trabajará para devolver "la paz a todos los ecuatorianos", subrayó el jefe del Estado.
Por su parte, el comandante de la Policía en la capital, Wilson Pavón, aseguró a periodistas que se ha recuperado la tranquilidad en un centro de privación de Quito, conocida como Cárcel de El Inca, donde un grupo de reos prendió fuego a colchones.
Pavón explicó que en una primera instancia, en ese centro se ha recuperado "la tranquilidad y el orden", y que una segunda fase supone una requisa en las celdas, para continuar con una tercera etapa de recuento de reos para verificar que ninguno haya escapado.
El jefe policial dijo que en la mañana, después de que se emitiera la alerta de motín, la policía capturó a un reo que intentaba fugar, y remarcó que en la operación policial no se registraron enfrentamientos.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI), la unidad carcelaria del Estado, informó de que en otras cinco prisiones los reos habían retenido a guardas penitenciarios, aunque no ha informado del número de agentes tomados por los reclusos.
Esas acciones de fuerza se habían registrado en cárceles de las provincias de El Oro, Loja, Chimborazo, Cotopaxi y Azuay.
Las Fuerzas Armadas de Ecuador, en un mensaje por redes sociales, informó de que ha desplegado a escala nacional "personal, equipo y medios logísticos para realizar operaciones militares de seguridad en los diferentes Centros de Privación de Libertad del país".
Los incidentes carcelarios de este lunes han coincidido con las acciones de búsqueda de José Adolfo Macías Salazar, alias "Fito", líder de una banda conocida como "Los Choneros", considerada una de las más peligrosas del país, con presuntos nexos con carteles mexicanos y que aparentemente se fugó de una cárcel en la provincia de Guayas.
El secretario general de Comunicación de la Presidencia, Roberto Izurieta, aseveró que, con unos de 3.000 policías y militares continuaban este lunes la operación de búsqueda en el interior de la cárcel donde estaba recluido "Fito", al que describió como un "delincuente con características sumamente peligrosas, con actividades que tienen características de terrorismo".
Consultado en un telediario sobre el día de la fuga de "Fito", Izurieta comentó que "lo más probable" es que se filtró información y que fue "cuestión de horas" antes de iniciar un operativo en la cárcel de Guayas, el domingo, cuando descubrieron que el prisionero no estaba en su celda.