Estados Unidos confía en poder allanar este viernes las diferencias que provocaron la anulación de la cumbre entre Barack Obama y su homólogo ruso, Vladímir Putin, durante un encuentro bilateral de titulares de Exteriores y Defensa que estará cargado de asuntos conflictivos.
Un día después de que Obama anunciara la cancelación de la cumbre bilateral con Putin, que tenía prevista para septiembre en San Petersburgo (Rusia), el Gobierno de Estados Unidos presentó la reunión del viernes como una oportunidad de avanzar en los problemas que han precipitado el desencuentro entre los presidentes.
"La relación no está en el punto en el que podamos hacer grandes progresos en una cumbre presidencial. Así que los ministros pasarán la mayor parte del tiempo centrados en progresar en esos mismos asuntos" que les dividen, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, en su conferencia de prensa diaria.
La cita reunirá a los titulares de Exteriores y Defensa de Estados Unidos, John Kerry y Chuck Hagel, y sus homólogos rusos, Serguei Lavrov y Sergei Shoigu.
Estados Unidos mantiene una "apertura" a volver a programar la cumbre entre Obama y Putin "en un momento adecuado, en el que haya posibilidad de hacer avances" en la agenda bilateral, según Psaki.
"Pero no espero que eso vaya a ser una parte importante del enfoque (en el diálogo bilateral) mañana. Creo que estará más centrado en hacer avances en los asuntos" conflictivos, agregó.