Podría resultar paradójico, es que, a pesar que en el mes de julio Estados Unidos creó la mayor cantidad de empleos en cinco meses -163.000 plazas- el porcentaje de desempleados subió levemente y alcanzó el 8,3%.
El ligero aumento en la tasa de desempleo mantendría vivas las expectativas de un nuevo estímulo monetario por parte de la Reserva Federal.
Este viernes, el gobierno de Barack Obama, dijo que en julio se abrieron 163.000 puestos, mucho más de los esperados por los economistas (100.000) y de los 64.000 creados en junio. Sin embargo esta noticia se vio opacada por un leve aumento en el porcentaje de desempleados que legó al 8,3%, una décima más que lo registrado en junio (8,2%).
Estos resultados representan un dolor de cabeza para el presidente Barack Obama, que busca ser reelecto en las elecciones de noviembre.
El economista de la Casa Blanca Alan Krueger dijo que el alza en la tasa de desempleo era algo no deseado. El rival de Obama por la reelección, el republicano Mit Romney, sostuvo que el aumento de la desocupación "fue un martillazo para las atribuladas familias de clase media".
Si bien el dato sobre la creación de empleos fue mejor a lo esperado, algunos detalles del informe no fueron alentadores.
Una medición amplia del desempleo, que incluye a aquellos que quieren trabajar pero han dejado de buscar y a aquellos que trabajan medio tiempo pero les gustaría trabajar más horas, subió a un 15 por ciento desde un 14,9 por ciento.
Además, la tasa de participación, que refleja el porcentaje de aquellos que tienen empleo o que están buscando uno, cayó a un 63,7 por ciento desde un 63,8 por ciento.
La tasa de desempleo permanece por sobre el 8 por ciento desde hace más de tres años, lo que representa la racha más prolongada desde la Gran Depresión.