Luego que cuatro turistas murieran en un ataque explosivo perpetrado contra un bus en la ciudad de Taba, en Egipto, extremistas del Sinaí, que se adjudicaron el atentado, advirtieron a los extranjeros de visita en el país que los asaltos de este tipo continuarán.
El grupo extremista islámico Ansar Bayt al-Maqdis publicó en un comunicado sus intenciones de seguir con este tipo de atentados contra turistas. Incluso, los llamaron a abandonar el país "antes de que sea demasiado tarde".
En el texto, el grupo señaló que "con la ayuda de Dios estaremos vigilando a esta banda de traidores infiltrados y atacaremos sus intereses económicos en todos los lugares con el objetivo de paralizar sus intentos por herir a los musulmanes".
El atentado es un golpe más contra la industria del turismo egipcio, que ya completa tres años de sufrimiento debido a las protestas sociales y la crisis política que se han desatado en el país.
Tres surcoreanos y un egipcio murieron en el atentado ocurrido hace tres días.
La península del Sinaí se ha transformado en una complicada zona de conflicto entre islamistas y el ejército desde el derrocamiento del ex dictador Hosni Mubarak.