La pena de muerte sigue generando polémica en Estados Unidos. En el epicentro de las críticas vuelve a estar el estado más "ejecutor" del país: Texas, donde fue ejecutado un reo con retraso mental.
Marvin Wilson, condenado a la pena de muerte por el secuestro y asesinato de un informante del FBI, recibió la inyección letal, luego que el Tribunal Supremo desestimara la apelación impulsada por la defensa, que argumentaba que su coeficiente intelectual (CI) estaba por debajo de los 70 puntos, el índice que determina que una persona es competente.
Según declaraciones consignadas en el portal Que.es, el ciudadano afroamericano de 54 años, que tenía un CI de 61, se despidió de su familia y dijo estar listo para morir. "Llévame a casa, Jesús, llévame a casa, Señor. Los quiero a todos. Estoy preparado", fueron las últimas palabras que pronunció el reo.
Texas es el estado que posee el índice más alto de ejecuciones y ya tiene programadas otras siete muertes controladas para el resto del año. Wilson fue el séptimo del listado y recibió la inyección letal en el Centro Peninteciario de Huntsville, a unos 100 kilómetros de Houston.
En Estados Unidos se han ejecutado a 1.301 personas desde que se restableció la pena de muerte hace más de tres décadas.