Tal como si fuera una imagen de la revolución que terminó con el régimen del dictador Hosni Mubarak, miles de egipcios opositores y partidarios del Gobierno se han enfrentado en las últimas horas en los alrededores del Palacio Presidencial de El Cairo.
Los ataques provocaron que las fuerzas de defensa sacaran a las calles una dotación de tanques para controlar una situación de tensión que va en aumento desde que el presidente, Mohamed Mursi, emitiera un decreto que le otorga poderes supremos.
Hasta el momento, según informan agencias internacionales, cinco personas han fallecido en los enfrentamientos entre los opositores y detractores de Mursi. Además, otros 400 ciudadanos se encuentran heridos.
Los enfrentamientos entre ambos bandos han incluido lanzamiento de bombas molotov, proyectiles y peleas cuerpo a cuerpo. También se han incendiado varias sedes políticas
Para este jueves se espera un discurso de Mursi, que buscará poner fin a la escalada de violencia. El viernes, en tanto, la oposición ha programado tres nuevas manifestaciones contra las polémicas medidas impuestas por el Gobierno de los Hermanos Musulmanes.
El próximo 15 de diciembre la nueva Constitución, cuyo borrador ya fue aprobado por el Parlamento, será sometida a un referéndum. Esa votación debería terminar con el decreto de poderes supremos que posee Mursi hoy en día.
La oposición culpó a Mursi por la violencia en torno al palacio y dijo estar dispuesta a dialogar si el líder islamista deroga un decreto que aprobó el 22 de noviembre, que le da amplios poderes y protege sus decisiones de supervisión judicial.
"Consideramos al presidente Mursi y a su Gobierno completamente responsables por la violencia que se está produciendo hoy en Egipto", dijo en una rueda de prensa el coordinador de la oposición, Mohamed El Baradei.
"Estamos dispuestos a dialogar si el decreto constitucional se cancela (...) y el referéndum sobre esta constitución se pospone", afirmó del documento escrito por una asamblea de liderazgo islamista, que según la oposición ignora sus inquietudes.
Pero los liberales, izquierdistas, cristianos, ex seguidores de Mubarak y otros grupos contrarios a Mursi aún no han generado un movimiento masivo de base para desafiar a los Hermanos Musulmanes, que han salido victoriosos de los dos comicios celebrados desde la caída de Mubarak.