La semana pasada los príncipes Enrique y Guillermo abrieron la Conferencia de Londres en defensa de la vida salvaje. Un evento para concienciar y reunir fondos para luchar contra la caza de especies en peligro de extinción y la conservación de la naturaleza.
Pero Harry no es precisamente lo que cabría esperar de un defensor de la naturaleza, y las redes sociales se encargaron de recordárselo.
Una foto del príncipe, rifle en alto, junto a un búfalo muerto, supuestamente cazado por él, le ha puesto en apuros frente a la opinión pública. La imagen fue captada en 2004 en Argentina, en la finca “El Remando", propiedad del conde Claudio Zichy-Thyssen.
Enrique participó en una cacería de búfalos junto a su novia de entonces y varios amigos. La imagen parece demostrar que n se le da mal la caza.
Pero además de la fotografía, la prensa destapó que recientemente tanto él como su hermano Guillermo pasaron un fin de semana en España cazando jabalíes y venados. Nuevos ingredientes para la polémica y para alimentar la ira de los animalistas.
Guillermo, tras la conferencia, aseguró que quiere destruir todo el marfil que haya en las residencias reales, hasta las cantidades más mínimas incrustado en armería, cajas metálicas u otras piezas dentro de la vasta Colección Real de Arte, Antigüedades u Objetos valiosos.
El deseo de Guillermo será examinado porque aunque lo desee cuando sea Rey, no dispone de libre albedrio.
De momento, Guillermo y Enrique se suman a la lista de desafortunados miembros de monarquías europeas que fueron a cazar en los momentos menos inoportunos. Al Rey Juan Carlos de España todavía le está pasando factura.