El primer ministro británico, Boris Johnson, ordenó este viernes el cierre de pubs, restaurantes y locales de ocio en el Reino Unido, abiertos hasta ahora a pesar del avance de la epidemia de COVID-19, al tiempo que anunció medidas económicas para tratar de evitar una oleada de despidos.
El Gobierno británico se ha comprometido a pagar el 80 % del salario de los trabajadores cuyas empresas no puedan hacer frente a sus nóminas debido a la crisis sanitaria, hasta un máximo de 2.500 libras al mes (unos 2.700 euros).
El ministro de Economía, Rishi Sunak, ha asegurado que no hay límite de fondos para ese plan y que se protegerán tantos puestos de trabajo como sea necesario.
Avanzó además un aplazamiento del pago del IVA para las empresas hasta junio, lo que supone una inyección de liquidez que valora en 30.000 millones de libras (32.690 millones de euros).
MEDIDAS DE DISTANCIAMIENTO SOCIAL
Con 3.983 casos positivos por coronavirus y 177 muertos, el Gobierno del Reino Unido evita por ahora imponer restricciones a los movimientos de los ciudadanos, aunque paulatinamente ha ido cerrando espacios públicos para contener la epidemia.
Al cierre de bares, restaurantes, cines, discotecas, gimansios y otros locales anunciado hoy se suma la clausura de los colegios, que este viernes han suspendido las clases de manera indefinida.
Los centros escolares solo permanecerán abiertos para los hijos de trabajadores de sectores clave que deben continuar ejerciendo su labor durante la epidemia, como sanitarios, algunos funcionarios públicos, trabajadores del sector de la alimentación y policías, entre otros.
Diversas autoridades locales han indicado que no esperan que las escuelas reabran hasta después del verano, mientras que los exámenes de fin de curso de secundaria y bachillerato han quedado cancelados.