En Brasil, un uniformado que sorprendió a un joven pintando la pared de una comisaría, lo sometió a un castigo que ha generado el debate en todo el mundo.
El grafitero fue obligado a ponerse de rodillas, mientras el representante de la ley rociaba su cara con la misma pintura con la que el artista callejero marcaba la pared.
Según informó el portal de Infobae, luego de ser pintada su cara, el joven fue obligado a pedir disculpas. "Lo siento, señor, nunca volveré a pintar la comisaría de policía", fueron las palabras del reprendido adolecente.
El hecho fue difundido por el diario New York Daily News, de los Estados Unidos, y las imágenes compartidas por YouTube, generando debate mundial sobre este tipo de acciones policiales.