Una semana de espera y hedor es lo que han vivido los residentes de la ciudad de Bulawayo, la segunda más importante de Zimbabue. La escasez de agua y el retraso en la llegada de las lluvias siguen complicando la situación sanitaria e higiénica del país.
Por una orden municipal, los habitantes deberán tirar la cadena de sus baños recién este lunes a las siete de la tarde para tratar de vaciar las cañerías y evitar una nueva epidemia de cólera como la vivida en 2008.
"Esto no es culpa de nadie, es un problema nacional", dijo el alcalde Thaba Moyo, indica la edición electrónica de El Mundo. "Hay escasez y rezamos para que vengan las lluvias y nos salven de esta situación".
Bulawayo ya sufre racionamiento de agua potable tres días por semana y se teme que la falta de acceso produzca un reflotamiento de cólera, enfermedad que hace cuatro años provocó más de 4.900 muertes en Zimbabue.
Ya en octubre pasado la diarrea crónica afectó a 6.000 personas y provocó el fallecimiento de siete niños, los más afectados con este tipo de padecimientos.