Escocia ha sido el último país en permitir las uniones homosexuales.
El Parlamento escocés aprobó este martes, con un amplio margen, una ley que permitirá la celebración de bodas entre personas del mismo sexo a partir de septiembre.
La Ley de Matrimonio y Unión Civil ha salido adelante en el Parlamento escocés con 105 votos a favor y 18 en contra. Los partidos han dado libertad de voto a sus diputados para que se pronunciasen en conciencia sobre una medida que ha contado con la oposición de gran parte de la comunidad religiosa.
Los parlamentarios escoceses han rechazado todas las enmiendas presentadas por los grupos más conservadores para reforzar la "protección" a grupos e individuos contrarios al matrimonio homosexual. La nueva ley eximirá de celebrar estas uniones a quienes, como la Iglesia de Escocia, se oponen.
El ministro de Sanidad escocés, el nacionalista Alex Neil, declaró que no hacía falta reforzar ningún aspecto relativo a credos porque ya existen medidas que garantizan la libertad de las agrupaciones religiosas.
Aunque en Escocia las parejas homosexuales pueden celebrar ahora uniones civiles, a partir de otoño pasarán a contar con los mismos derechos y obligaciones que las heterosexuales.
Escocia se convierte así en el decimoséptimo país que aprueba el matrimonio homosexual. Holanda fue el primero en 2001, y el pasado año Inglaterra, Gales, Brasil, Uruguay, Nueva Zelanda y Francia se unieron a la lista.