La presidenta argentina Cristina Fernández anunció y actuó. Apenas terminó su cadena nacional, donde informó la expropiación del 51% de las acciones de YPF correspondientes a la española Repsol, la Señora K mandó a sus representantes a desalojar a los ejecutivos de la empresa hispana.
El interventor designado, Julio de Vido, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof, llegaron a las dependencias de Repsol para tomar control de YPF y sacar a los actuales trabajadores de la compañía.
Poco antes, y mientas Fernández seguía con su discurso en pantalla, llegó a la empresa española el único representante que el Estado argentino tenía en el directorio, Roberto Baratta. Allí, con lista en mano, pidió uno a uno de los ejecutivos que se retiraran y mandó a cambiar las cerraduras.
La intervención de YPF se mantendrá hasta que se vote el proyecto de ley presentado por la presidentaFernández en el Congreso, lo que ocurriría a mástardar el próximo mes.
En tanto, en Repsol señalaron que la decisión deArgentina de expropiar el control de YPF era ilícita yque están sus opciones legales para contrarrestar lamedida.