Hace un año, mientras el mundo aún no se recuperaba de la renuncia de Benedicto XVI, salía de los balcones de la Santa Sede un nuevo pontífice que sólo por su elección ya hacía historia.
El Papa Francisco, el primer jefe de la Iglesia Católica latinoamericano, saludaba a los fieles con la promesa de ser un pontífice del "fin del mundo", siendo este el inicio de un pontificado marcado por el apoyo a los discriminados y a los más pobres.
Con austeridad y en silencio.
Así pasará su primer aniversario Francisco, quien decidió celebrar su año de papado en un retiro espiritual junto a la curia romana en el Vaticano.
Durante una semana, Jorge Bergoglio, estará dedicado a la reflexión y al rezo, en otro signo que deja atrás las viejas tradiciones y celebraciones papales.
No hay duda de que Francisco ha traído cambio y renovación a la Iglesia Católica. Uno de los más significativos fue transformarse en el primer Papa no europeo en 1.300 años.
Pero, más allá de los cambios históricos, Francisco se ha abocado a transformar parte de las antiguas creencias morales y éticas de la Iglesia.
Su cercanía con los pobres, sus salidas de protocolo y sus ganas de mantener la austeridad al interior de la Santa Sede han sido parte de los nuevos bríos que impuso en la Iglesia Católica.
Asimismo, su mirada respecto al aborto y a la homosexualidad ha sido celebrada por el mundo entero, al menos como una mirada más progresista.
"Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?", es la famosa frase que dio una luz de esperanza y cambio en la Iglesia.
Por otro lado, la férrea condena a los abusos sexuales contra menores cometidos por miembros de la Iglesia. Además, fue el primero en expresar el deseo de realizar medidas concretas para asegurarse de que los agresores sean castigados.
Como estas hay otras medidas que han hecho de Francisco un habitué de revistas y programas de televisión.
Como nunca antes, se transformó en portada de una publicación gay e incluso ocupó la primera plana de la famosa revista Rolling Stone. Además fue escogido la persona del año por la prestigiosa Time.
Con esto, no queda más que esperar que los próximos doce meses estén cargados de renovaciones y nuevos aires para una Iglesia Católica que hace varios años años buscaba un nuevo representante que lograra motivar a creyente y no creyentes.