“Soy inocente de toda participación en cualquier conspiración para secuestrar, matar o enterrar a la señora McConville”.
Estas fueron las primeras palabras del líder del partido nacionalista irlandés, Sinn Féin, Gerry Adams, tras abandonar la cárcel este domingo. Adams fue puesto en libertad sin cargos, tras haber sido interrogado durante cuatro días por su implicación en el secuestro y asesinato en 1972 de Jean McConville.
Adams ha reiterado que no tiene ningún tipo de relación con el asesinato de esta mujer, cometido por el IRA hace más de cuatro décadas, y ha denunciado una campaña "maliciosa y siniestra" para implicarle en este caso. Según el mandatario, el interrogatorio se ha producido en mitad de la campaña electoral de las elecciones europeas y locales irlandesas.
El líder republicano ha atribuido esta campaña a "elementos que están erigiendo obstáculos", una "vieja guardia", el "lado oscuro del sistema británico" y del Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI).
Adams aseguró que durante todos los interrogatorios, sólo le presentaron como pruebas las conocidas como “cintas de Boston”, unos documentos sonoros "refrito de libros y entrevistas", "un proyecto dudoso" basado en "rumores".
Ha explicado que no comió nada durante los dos primeros días de arresto porque lo que le ofrecían era "incomible" y ha desvelado que ha presentado una queja formal relacionada con el tiempo que ha pasado bajo custodia.
"Hay muchas cosas en este proceso y en este sistema que no se corresponden con los estándares policiales de 2014 (...). A pesar de ello, quiero dejar claro que apoyo al PSNI. Seguiré colaborando para construir un servicio policial genuinamente cívico", ha asegurado.
McConville fue secuestrada en Belfast en 1972 pero su cuerpo no apareció hasta 2003, en una playa del condado de Louth. Tenía entonces 37 años y era madre de diez hijos. Fue raptada después de que el IRA la considerase, por error, como una informante de las autoridades norirlandesas. Según las investigaciones realizadas hasta la fecha, permaneció retenida en una o más viviendas antes de ser asesinada y enterrada.
David Cameron, primer ministro británico, aseguró que el sistema judicial en Inglaterra e Irlanda es independiente. Una de las hijas de la mujer asesinada dice que debe creer en la justicia. El caso está en manos de la Fiscalía, que debe decidir si procesa o no a Adams.