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Gobierno agiliza distribución de ayuda ante el clamor de los afectados por el terremoto

Rafael Correa dijo que no se trata de falta de ayuda, sino de fallas en la distribución de las abundantes provisiones

24Horas.cl TVN

Jueves 21 de abril de 2016

Miles de ecuatorianos clamaban por agua, medicinas y comida, cinco días después de que el peor terremoto en casi 70 años los dejara a la deriva tras azotar al país matando a 587.

El Gobierno de Rafael Correa dijo que no se trata de falta de ayuda, sino de fallas en la distribución de las abundantes provisiones y prometió solucionar el problema pronto.

Pero mientras tanto, en la ciudad de Pedernales, casi totalmente destruida por el sismo de magnitud 7,8, la mayoría se quejaba por la falta de atención.

El clamor de los pobladores de Calceta se replicaba a lo largo de los 200 kilómetros de litoral afectado donde, sobre calles en las que solían levantarse casas, edificios y hoteles, ahora se apilaban toneladas de escombros y fierros retorcidos.

Y, a pesar de la rápida reacción del Gobierno para albergar a más de 25.300 personas en campos de fútbol y aeropuertos, el calamitoso estado de las vías dificultaba el traslado de la ayuda que llegaba del exterior sin cesar.

"Por allí corren rumores de que falta el agua", dijo Correa el miércoles en rueda de prensa. "¡El agua sobra! El problema es la distribución", reconoció.

Los cuellos de botella disminuyeron el jueves luego de que el Gobierno decidiera ir casa por casa, en vez de tener puntos fijos de distribución, para entregar una mochila con vituallas, una botella de agua y un mensaje de aliento para cada familia.

En Manta, la segunda ciudad más afectada por el sismo, ya se podía ver una mejor organización en la distribución de alimentos con la ayuda de fuerzas de seguridad, que colocaban un sello y un número en el brazo de las personas para agilizar la entrega.

"Dentro de todo está bien organizado con militares y policías. Aquí llevamos alguito para comer", dijo Manuel Macías, un obrero de la construcción de 27 años, quien recibió alimentos tras esperar cuatro horas en una fila, bajo el ardiente sol y el fuerte hedor que inunda la ciudad.

Fuente y foto: Reuters