Como un "acto criminal" calificó el premier inglés David Cameron la violenta manifestación ocurrida en las afueras de la embajada británica en Buenos Aires. La protesta, que fue liderada por grupos de izquierda trasandinos, culminó con seis policía heridos.
Tras los ataques perpetrados contra la sede diplomática, el gobierno británico, a través de un comunicado, instó a que la presidenta Cristina Fernández cumpla la Convención de Viena, que establece que "todos los Estados están obligados a dar protección apropiada para sus misiones diplomáticas extranjeras". Por eso, Londres hizo un llamado al gobierno argentino a seguir cumpliendo con sus obligaciones y a aplicar la ley contra cualquier manifestante que participe en actos criminales.
Integrantes de la agrupación de izquierda Quebrancho y el Partido Revolucionario Comunista, que se enfrentaron con la policía en el marco de la conmemoración de los treinta años de la guerra de las Malvinas, explicaron en un comunicado que "ratificamos que las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur forman parte indisoluble de nuestro territorio, y que el camino que debemos seguir como pueblo es de la unidad latinoamericana con posiciones firmes.”