Las conversaciones de paz de Siria están en peligro. La segunda jornada de negociaciones, que se celebraba este viernes, comenzaron con la oposición negándose a reunirse con la delegación del régimen de Damasco, y el Gobierno amenazando con retirarse del diálogo.
La oposición solicitaba a la delegación enviada por Bashar Al Asad que firmara un protocolo convocando a un gobierno de transición. Algo que se rechazó por parte de la delegación oficial.
"Si no se mantienen sesiones serias de trabajo (para el sábado), la delegación oficial siria se retirará de Ginebra debido a la falta de seriedad y preparación de la otra parte", dijo el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid al-Moualem.
La delegación del Gobierno se reunió con el enviado de la ONU, Lakhdar Brahimi, por separado y confirmó el rechazo a la demanda de la oposición. Brahimi, que estuvo reunido con la delegación del Gobierno menos de una hora, mantendrá un encuentro con la delegación de la oposición a lo largo del día.
Por tanto, las conversaciones directas nunca llegaron a celebrarse este viernes.
La intención de la ONU es empezar por buscar pasos prácticos, como altos al fuego locales, liberaciones de prisioneros y acceso a la entrega de ayuda humanitaria internacional, antes de embarcarse en unas negociaciones políticas más duras. Pero incluso esas aspiraciones fracasarían si las delegaciones se retiran.
La guerra civil siria ya ha matado al menos a 130.000 personas y ha desplazado a un tercio de los 22 millones de habitantes del país.
La oposición quiere un gobierno de transición, en el que no esté el actual dirigente, Bashar Al Asad, que permita unas próximas elecciones democráticas en el país. Pero la delegación oficialista se niega a aceptar esta demanda. De hecho, Bashar Al Asad aseguró hace unos días su intención de presentarse a la reelección como presidente del país.