La niña de cinco años violada por cinco hombres en un barrio de la ciudad de Lahore, en el noreste de Pakistán, se encuentra "estable aunque requerirá una nueva intervención quirúrgica", dijo hoy a Efe una fuente sanitaria.
"Aún no sabemos cuándo la volveremos a operar, dependerá de su evolución, pero seguro que estará en la unidad de cuidados intensivos (UCI) al menos dos o tres semanas más", afirmó la doctora Rihana Malik, encargada del caso en el Hospital de Servicios lahorí.
La niña se halla ingresada en el centro después de que un desconocido la dejara a las puertas de otro hospital de la ciudad el pasado viernes por la mañana, después de haber sido ser raptada el jueves y, según su relato, violada por cinco hombres.
Cuatro días después, la Policía sigue sin haber detenido a ninguno de los presuntos autores, aunque ha interrogado por su posible relación con el caso a cinco personas, todas ellas liberadas posteriormente.
Las fuerzas de seguridad trabajan como pista principal con un vídeo de una cámara de seguridad del hospital en la que se ve al hombre que abandonó a la niña en el centro médico Ganga Ram de Lahore.
"Hemos trasladado las imágenes a las oficinas de NADRA (organismo similar al censo y que emite los documentos de identidad) para intentar identificar a la persona que llevó a la pequeña", afirmó uno de los oficiales encargados de la investigación, Zakaulá Khan.
La fuente precisó que en cuanto la niña salga de la UCI también se le harán llegar imágenes del circuito cerrado para ver si reconoce al hombre grabado como uno de los autores de la agresión.
La pequeña, identificada por la Policía como Sumbal Iqbal, fue raptada cuando jugaba en las calles del barrio de Sauwadi.
El caso ha provocado ya protestas de grupos de defensa de los derechos humanos y de algunas agrupaciones políticas en diversas localidades del país asiático por la ineficacia policial en la detención de los culpables.
El diario local Dawn, uno de los más prestigiosos en lengua inglesa, dedica hoy uno de sus editoriales al caso, que define como "un crimen con un grado horripilante de brutalidad", y aboga por una intervención "concienzuda y rápida" de las fuerzas de seguridad.