Un movimiento religioso de Perú puso nuevamente en tela de juicio a la Iglesia Católica al recibir denuncias por distintos tipos de abusoso.
Se trata del llamado Sodalicio de Vida Cristiana, fundado por Luis Fernando Figari y que recibió el reconocimiento de Juan Pablo II en 1997.
Su líder es el principal apuntado por los acusadores, aunque los máximos colaboradores de la grupación también están vinculados.
Los jóvenes denunciantes tardaron años en sacar a la luz una serie de abusos físicos, psicológicos y sexuales que fueron objeto mientras vivían en la comunidad.
La fiscalía peruana investiga a Figari por estos hechos, pese a que hace seis años que se alejó del movimiento.