Casi tres meses después de que la reina Beatriz de Holanda anunciara su abdicación, su heredero, Guillermo Alejandro, asumió como nuevo rey, y junto a él, la argentina, Máxima Zorreguieta, se transformó en la primera monarca latinoamericana en liderar una corona europea.
En una ceremonia que no se había visto en 120 años, Beatriz, firmó su abdicación al interior del palacio real, donde estuvieron presentes los Presidentes del Senado y de la Cámara de los Representantes, el Consejo de Ministros para el Reino, los miembros de la Familia Real, los gobernadores y primeros ministros de los territorios ultramarinos de Aruba, Curaçao y Saint Maarten.
Luego, el rey, junto a la reina Máxima y sus tres hijas, salieron al balcón del palacio, desde donde saludaron a una multitud de seguidores apostados en la plaza Dam de Amsterdam.
"Les presento a su nuevo rey: Guillermo Alejandro", dijo la abdicada reina, quien horas antes, recordó que "la labor del rey es actuar sin tener en cuenta las preferencias personales y manteniéndose por encima de los intereses particulares de un grupo".
Por su parte, el rey Guillermo Alejandro, señaló, durante una entrevista previa, que quería ser un "rey que puede unir y representar a toda la sociedad".
Los principales ausentes de la ceremonia fueron los padres de Máxima, quienes no pueden asistir a este tipo de eventos, debido a que Jorge Zorreguieta, padre de la reina, participó de la dictadura de Jorge Videla, en Argentina.
Luego de realizar el saludo protocolar desde el balcón real, el rey Guillermo Alejandro y la reina Máxima, participaron de una ceremonia de investidura y juramento en la Iglesia de Nieuwe Kerk, donde el nuevo monarca juró frente a las dos cámaras de los Estados Generales.
Tras culminar con el juramento, la familia real ofrecerá una recepción a los invitados y luego realizará un desfile en barco por el río Ij.
Foto: Reuters