El criticado régimen de Asad podrá ser rechazado por la mayoría de la comunidad internacional, pero si hay un país de su región que no los abandona, es el gobierno de Irán.
Este martes el gobierno iraní declaró que no retirará su apoyo al régimen de Bashar al Asad y reforzó su compromiso con Siria.
El secretario del Consejo Supremo de Seguridad iraní llegó este martes hasta Damasco para conversar con el presidente de Siria y le entregó el siguiente mensaje: "Irán no permitirá que el eje de la resistencia, del que considera que Siria es parte esencial, sea roto de ninguna manera".
El día también estuvo marcado por la reaparición de Asad en televisión, tras dos semanas de ausencia. El dictador decidió parecer justo un día después de que se hiciera pública la renuncia de su primer ministro, Riyad Hijab.
El "eje de la resistencia" se refiere a la alianza anti-israelí de Irán con Siria y el grupo chiíta libanés Hezbollah, que combatió con Israel en una guerra de un mes de duración en el 2006 apoyado por iraníes y sirios. La alianza también incluye a algunos grupos militantes palestinos.
Damasco y Teherán responsabilizaron a los países suníes del Golfo Pérsico y a Turquía, todos aliados de Estados Unidos y las potencias europeas, del baño de sangre en Siria mediante el apoyo a los rebeldes fundamentalmente suníes.
Rusia y China, también se han mantenido fieles al régimen sirio. Gracias a la postura de las potencias, el Consejo de Seguridad de la ONU no han podido firmar una resolución que castigue el régimen de Bashar al Asad y optar por un gobierno de transición.