Click acá para ir directamente al contenido

Japón defenderá ante La Haya la caza de ballenas

Los nipones aplican este procedimiento desde 1987 aludiendo la supuesta finalidad "científica" de investigar el modo de vida y contenido de los estómagos de los mamíferos.

Fernando Jimenez

Martes 25 de junio de 2013

Japón defenderá esta semana en el Tribunal de La Haya que la caza de ballenas con fines científicos en la Antártida se ajusta a las leyes internacionales, según anunció este martes el ministro nipón de Exteriores, Fumio Kishida.

Las vistas orales de la fase final del caso llevado a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), máximo órgano judicial de la ONU, por parte de Australia en 2010 comenzarán el miércoles y se desarrollarán hasta el 16 de julio.

El Gobierno australiano considera que Japón, uno de sus principales socios comerciales, captura cetáceos en la Antártida con fines comerciales, lo que viola la Convención Internacional de Regulación de la Caza de  Ballenas.

"En nuestras alegaciones, nosotros intentamos dejar claro que las cazas de  ballenas  forman parte de investigaciones científicas y que se llevan a cabo de una manera completamente legal según el Artículo 9 de la Convención", dijo Kishida en unas declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.

Los japoneses cazan  ballenas  desde 1987 alegando una supuesta finalidad científica, para investigar el modo de vida y contenido de los estómagos de los mamíferos, y sus expediciones a la Antártida están a cargo del Instituto de Investigación de Cetáceos.

En los restaurantes japoneses se vende carne de ballena, aunque su consumo ha caído con fuerza en los últimos años hasta suponer en 2009 algo más de 4.200 toneladas, cuando en 1962 llegaba a las 230.000.

Japón abandonó la caza de  ballenas  en 1986 por la moratoria internacional, pero la retomó un año después bajo un programa con fines científicos autorizado por la Comisión Ballenera Internacional (CBI), entre el escepticismo de muchas asociaciones y países.

Este año Japón dio por concluida la temporada de caza de  ballenas  en el Océano Antártico con el menor índice histórico de capturas, con un total de 103 cetáceos "minke" o rorcuales aliblancos, muy por debajo de los 266 piezas del año pasado, sobre todo debido al bloqueo de asociaciones conservacionistas como Sea Shepherd.