Después de tres meses de un accidente de tránsito ocurrido en Córdoba, Argentina, la única víctima, Milagros, una adolescente de 17 años que fue atropellada en medio de una situación de acoso callejero, tuvo que ser amputada por segunda vez, cuando aún intentaba hacer frente a las primeras secuelas.
“Cuando me amputaron la primera vez pensé que ahí ya se terminaba, pero a los dos meses me dijeron que había que volver a amputar por encima de la rodilla”, contó la joven a Todo Noticias.
El accidente ocurrió la madrugada del 16 de diciembre del 2021, mientras Milagros esperaba un taxi junto a tres amigas, cuando una camioneta Amarok se paró junto a ellas y su conductor comenzó a acosarlas y segundos después, un Peugeot 207 quiso esquivar a dicho vehículo e impactó contra la adolescente.
“(Los ocupantes de la camioneta) nos preguntaron qué íbamos a hacer con ellos. Ninguna le dio bola y se quedaron insistiendo. En ese momento vino el otro auto que, por esquivarlos, me choca a mí”, detalló la víctima.
Tras el choque su pierna izquierda quedó casi colgando y según Milagros, “el golpe fue muy arriba. Me quedaron todos los tejidos muertos y la herida no cicatrizaba. No me llegaba la sangre. El 17 de febrero me confirmaron que había que amputar otra vez”.
Imputados por lesiones graves culposas
Según la información recopilada en las pericias que realizó la policía, el conductor de la Amarok, que viajaba acompañado por otras dos personas,era conducido por un basquetbolista del club Instituto de Córdoba: Gastón Federico Elías (23), y tanto el jugador como el chofer del Peugeout, Walter Peyretti (58), fueron imputados por el delito de lesiones graves culposas agravadas y arriesgan una pena en expectativa de entre 2 y 4 años. El delito es excarcelable.
De acuerdo con el fiscal Guillermo González Elías realizó una maniobra de riesgo al frenar, y que un movimiento temerario de Peyretti terminó ocasionándole la lesión a Milagros, que estaba sentada en la vereda y no tuvo tiempo de reaccionar.
Durante el proceso judicial, el basquetbolista se excusó con que “no fue acoso, les preguntamos si iban a hacer algo, nos dijeron que no y automáticamente nos fuimos”, y al tiempo, fue restituido al club, donde actualmente sigue jugando.
Al respecto, Milagros, quien se encuentra bajo tratamiento psicológico y no pudo comenzar el último año del colegio secundario, indicó que “da mucha bronca que siga jugando como si nada, ellos siguen como si nada, mientras yo perdí una pierna. A mí me cagaron la vida”, y aseguró que ni Elías ni Peyretti se comunicaron con ella después del accidente.