Para Estados Unidos no hay duda: el régimen de Bashar Al Asad es el responsable único del mortal ataque con armas químicas sufrido el pasado 21 de agosto en Siria.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, aseguró que sus servicios de inteligencia tienen pruebas irrefutables de que "todos los cohetes fueron lanzados desde bases del régimen", en un ataque indiscriminado que "mató a 1.429 civiles, 426 de ellos niños".
Kerry animó a sus compatriotas a que "lean por sí mismos la evidencia de miles de fuentes, una evidencia que ya es pública" y dijo que "el régimen de Asad tiene el mayor programa de armas químico de Oriente Próximo y lo ha usado".
"Las armas vinieron de un territorio controlado solamente por el régimen de Asad", destacó el secretario de Estado, quien dejó claro que el régimen sirio debe ser castigado por sus crímenes: "Importa si no se hace nada, importa si el mundo habla de condenas y no pasa nada".
Las palabras de Kerry estuvieron acompañadas por la puesta en circulación de un informe sin clasificar de cuatro páginas con las pruebas que apuntan a Asad, entre ellas comunicaciones interceptadas a altos cargos.
Foto: Reuters