La bandera de Portugal izada al revés provocó un leve alboroto en el contexto de un evento que conmemora el Día de la Implantación, jornada festiva que el gobierno de Passos Coelho suprimió con el fin de incrementar la competitividad de la economía portuguesa. Esta medida también ha sido aplicada a otras fechas civiles y religiosas sumando cuatro en total.
El descuido sucedió al principio de la ceremonia, justo en el momento que el presidente portugués izó la bandera nacional en el balcón principal de la casa consistorial de la capital, Lisboa. Sin que nadie lo esperara, la tela comenzó a subir con el escudo hacia abajo debido a que el asta había sido colocado al revés.
"Es el estado del país que tenemos, que está patas arriba", fue la explicación de algunos de los presentes que intentaron corregir el error. Incluso al ser advertido por muchos, la bandera estuvo así por un lapso de varios minutos en que las autoridades intentaron disimularon la indecorosa situación que inmediatamente comenzó a recorrer los medios de información.
Más tarde se realizaron los discursos políticos a puertas cerradas, lo que generó el disgusto de muchos ciudadanos que tildan esta ceremonia como un acto de carácter popular, no particular como se desarrolló esta vez.
A las intervenciones del alcalde de Lisboa, Antonio Costa, y del presiente de la República, Aníbal Cavaco Silva, se sumó la de una mujer de 57 años que interrumpió en la sala para reclamar por la condición de pobreza en que vive, dado que con su pensión de 227 euros al mes ni siquiera le alcanza para los medicamentos.