Un estudio realizado por la Universidad Tufts, en Estados Unidos, que analizó cerca de 40 millones de altas, concluyó que los pacientes ingresados los fines de semana tenían al menos un 10% más de mortalidad en comparación con aquellos que asistían de lunes a viernes.
El recién reelecto primer ministro de Reino Unido, David Cameron, se refirió al tema y reconoció que si alguien se enferma un fin se semana tiene más posibilidades de morir y prometió reformas en el ámbito sanitario para atacar este drama que no es exclusivo de su país.
La razón de esta preocupante situación está relacionada con que la cantidad de personas trabajando los fines de semana es menor, lo que podría condicionar que algunos pacientes de la salud hospitalaria no sean atendidos como se debería.
El estudio concluye que los médicos especialistas se presentan exclusivamente de lunes a viernes, mientras que los sábados y domingos sólo atienden los médicos de guardia y pueden faltar, por ejemplo, neurólogos o cardiólogos.
Según expertos, la solución no estaría en aumentar la carga horaria a los médicos, sino que sustentar a los diversos hospitales de profesionales especialistas en ciertas patologías y que se turnen los fines de semana, para que así las personas puedan concurrir a un centro hospitalario que tenga el personal necesario para atender su enfermedad.