La justicia española ha liberado este viernes al asesino Miguel Ricart, único condenado por el asesinato de tres niñas en la localidad Alcácer (Valencia), tras cumplir 21 años de condena.
Ricart debía haber sido excarcelado en 2011, pero un año antes se le aplicó la llamada "doctrina Parot" -una norma por la cual se computan los beneficios penitenciarios contando la totalidad de las penas y no al máximo de 30 años de estancia en prisión que prevé la legislación penal hispana- y se fijó su nueva fecha de salida en 2023.
Pero ahora, tras la derogación de esta norma por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, este hombre de 44 años -que fue condenado en el año 1997 a 170 años de prisión por el secuestro, violación y asesinato de Miriam, Toñi y Desirée, de entre 14 y 15 años- vuelve a la calle, para incredulidad e indignación de los españoles.
Con la excarcelación de Ricart, ya son más de 70 los presos que han sido liberados en España tras la derogación de esta normativa.
Entre los presos liberados, 52 cumplían condena por delitos relacionados con la banda terrorista ETA. Una de las primeras en abandonar su reclusión fue la terrorista Inés del Río, el pasado 22 de octubre. Del Río había sido condenada a más de 3 mil años de cárcel por su participación en 23 asesinatos.
VIOLADORES Y PEDERASTAS
Al menos siete violadores y pederastas y cinco asesinos y criminales graves han sido puestos en libertad en los últimos días en España. Pablo García Ribado, conocido como el "violador del portal"; Pedro Luis Gallego, el "violador del ascensor"; son algunos de ellos.
También Manuel González González, "el loco del chándal", condenado por atacar, entre 1991 y 1993 con flechas y navajas a 16 mujeres, una de las cuales murió. Fue condenado en 1997 a 169 años de prisión; y José Antonio Carmona Molina, quien asesinó a un niño de 10 años al que intentó violar.
La lista la completan cinco asesinos, excarcelados todos ellos tras cumplir el máximo de condena permitido en España.
LEY PAROT
Mientras crece la indignación entre la sociedad española, la justicia española se ve obligada a dejar en libertad a más asesinos. Al menos quedan otra docena de terroristas de ETA que saldrán próximamente de su reclusión.
En España no existe la cadena perpetua. El Código Penal de 1973, con el que fueron juzgados todos estos condenados, establecía un día de redención por cada dos de trabajo, así que terroristas condenados a cientos de años podían salir de la cárcel sin apenas haber cumplido 20, al descontarse los beneficios de la pena máxima, fijada entonces en de 30 años.
Para evitar, sobre todo, que los presos etarras quedasen en libertad, el Tribunal Supremo estableció, en una sentencia en 2006, que las redenciones de la pena por beneficios penitenciarios no debían descontarse de estos 30 años, sino de cada una de las condenas impuestas que se van cumpliendo sucesivamente empezando por la de mayor cuantía.
El nombre de la ley fue tomada en referencia al etarra Henri Parot, uno de los terroristas más sanguinarios acusado de matar a 80 personas y condenado a 4.800 años de cárcel en 26 penas. Pedía salir en 2011 de la cárcel por reducción de condena pero fue el primero a quien se le aplicó.
La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo estableció hace unos meses la invalidez de esta norma, instando a España a aplicar las reducciones de pena correspondientes.