“¡Criminal de guerra!”. Con ese grito contra Tony Blair interrumpió un hombre la audiencia en la que el ex primer ministro británico comparecía ante la comisión Leveson por el 'Caso escuchas'.
Esto provocó que intervinieran las fuerzas de orden en el edificio del Royal Courts Of Justice y sacaran al hombre, de quien se desconoce su identidad.
El sujeto le gritó a Blair por involucrar al Reino Unido en la invasión a Irak del año 2003, la que fue encabezada por el entonces gobierno norteamericano del presidente George W. Bush.
La comisión Leveson analiza el rol del periodismo tras el escándalo de las escuchas telefónicas. Blair acude a la instancia por su estrecha relación con Rupert Murdoch, propietario del polémico diario sensacionalista “News Of The World”.
Durante su comparecencia, Blair reconoció que durante su década en el poder decidió cortejar a los medios de comunicación británicos antes que arriesgarse ala ira de los poderosos magnates de los medios: "Si eres un líder político y tienes grupos de comunicación muy poderosos y dejas de caerles en gracia a uno de ellos, las consecuencias de eso son que (...) estás efectivamente bloqueado para difundir tu mensaje", afirmó en una investigación bajo juramento en el Real Tribunal de Justicia de Londres.
"Estoy abierto al hecho de que lo decidí francamente como líder político, y fue una decisión estratégica, que había que gestionar y no enfrentar. Y podemos discutir si fue correcta o no a posteriori, pero fue la decisión que tomé", agregó.
El ex premier dijo que la relación cercana entre políticos y medios fue inevitable, pero se convirtió en poco saludable cuando los grupos intentaron usar los periódicos como instrumentos de poder político.
Aunque Blair ya no tiene un papel activo en la política británica, la investigación puede todavía resultar incómoda, ya que examina temas como su decisión de convertirse en padrino de la hija de Murdoch, Grace, en una ceremonia a orillas del río Jordán, después de abandonar el cargo.
Con información de Reuters